02
Feb
11

Taller de Sociomática: Modelos Computacionales para el Estudio de la Complejidad Socioeconómica

I. Objetivos del taller

El propósito de este taller es el de contribuir al desarrollo de las ciencias sociales en México a partir de la difusión de un paradigma alternativo para el estudio de los procesos socioeconómicos, entendidos éstos como sistemas adaptables complejos. Si bien la investigación social a través de la teoría de la complejidad ha crecido exponencialmente en la última década impulsada desde prestigiosas universidades internacionales, en México todavía no es del todo conocida por lo que relativamente pocos investigadores la han incorporado a su batería de metodologías de estudio.

Congruentes con la misión de El Colegio de México de ser punta de lanza en la investigación social en México y Latinoamérica, el Centro de Estudios Económicos de esta institución ha decido promover este taller de educación continua con el objetivo de que profesores, investigadores y alumnos se familiaricen con este novedoso enfoque analítico y con los modelos de computación asociados.

El planteamiento del taller es transdisciplinario por lo que en sus distintos módulos se establecen las bases con las que estudiar fenómenos sociales de diversa índoles: económicos, sociológicos, políticos, demográficos y antropológicos. Asimismo, en el taller se combinan sesiones en las que se da una visión teórica de la complejidad socioeconómica con sesiones de laboratorio en las que los participantes aprenden a elaborar sus propios modelos computacionales.

II. ¿Qué es un sistema adaptable complejo?

Un sistema adaptable complejo es una colectividad de agentes que al interactuar entre sí y adaptarse al entorno produce fenómenos sofisticados (o propiedades emergentes) que no son el resultado directo de las propiedades inherentes a los agentes individuales. Los agentes pueden ser de índole químico, físico o biológico (moléculas, virus, especies, genes, átomos, partículas) pero también de índole socioeconómico (empresas, organizaciones, votantes, consumidores, partidos políticos, países). Ejemplos de patrones emergentes en al ámbito natural son los siguientes: ecosistemas, estados de la materia, colonias de hormigas, y en el ámbito social son los siguientes: mercados descentralizados, preferencias partidistas, normas sociales, desarrollo tecnológico y asentamientos humanos.

III. ¿A quién está dirigido?

El taller está dirigido a estudiantes de posgrado (maestría y doctorado), a investigadores sociales y a profesionistas interesados en actualizar sus conocimientos. El seminario está abierto a miembros de El Colegio de México y de cualquier otra organización. No es necesario contar con experiencia en sistemas de cómputo ni tener conocimientos de programación o matemáticas avanzadas. Tampoco se requiere haber realizado cursos en economía o sociología. Si bien los conocimientos previos en estas disciplinas y técnicas son bienvenidos, ya que pueden ser importantes para tener un mejor entendimiento de los temas expuestos, lo más importante es que el alumno esté interesado en problemáticas sociales y disponga de una mentalidad abierta para tratar de entender planteamientos teóricos diferentes.

VIII. Inscripciones

Inscripción e información adicional a través de correo electrónico en la dirección: gcastaneda@colmex.mx. El interesado deberá inscribirse lo antes posible ya que el cupo es limitado.  Los participantes que formen parte de El Colegio de México no realizarán pago alguno y los que provengan de otras instituciones tendrán que hacer un pago único de $2,320 (incluye IVA).  Favor de realizar su depósito en el Banco Mercantil del Norte, S.A (BANORTE), Cuenta de cheques no.0114058297 a nombre de El Colegio de México A.C., CLABE: 072 180 00114058297 9. Posteriormente mandar copia de la ficha de depósito por medio de la cuenta de correo electrónico: gcastaneda@colmex.mx y proporcionar datos fiscales en caso de requerir recibo.

Para mayor información sobre el calendario da click en el siguiente link Taller de Sociomática.

Gonzalo Castañeda es Doctor en Economía  por Cornell University en Nueva York, Estados Unidos. Actualmente es profesor-investigador en El Colegio de México.


31
Ene
11

Guerrero sin Hambre: un programa productivo exitoso (pero truncado) de combate a la pobreza rural

Guerrero sin Hambre ha sido la versión guerrerense de la política pública federal llamada “Programa Especial de Seguridad Alimentaria” o PESA. Guerrero sin Hambre (PESAG en adelante) ha tenido como objetivo básico atacar las causas de la pobreza estructural en las regiones más marginadas del estado a partir de dos acciones: dotación de activos productivos y de capitales físico, humano, ambiental y financiero a los hogares pobres del estado. Ello con el fin de mejorar de manera sustentable la situación alimentaria de los productores más pobres de Guerrero a partir del crecimiento de su producción para el autoconsumo  en los sistemas de milpa y traspatio y del aumento de su ingreso monetario a través de la venta de sus productos y de su inclusión en el sistema financiero con base en el establecimiento un sistema de microfinanzas. Los beneficiarios han sido un subconjunto de la población rural de Guerrero atendida por Oportunidades (el programa federal de combate a la pobreza)  para sumarle a éste apoyos para el mejoramiento productivo y para el acceso a servicios financieros de los hogares.

En principio, los apoyos a beneficiarios del Programa son por tres años con la expectativa de que en ese tiempo hayan logrado mejorar su producción, capitalizarse, fortalecer sus capacidades e insertarse en el sistema financiero.

Para evaluar si el PESAG está cumpliendo con sus objetivos, en 2009 realizamos una evaluación de su impacto a partir del método llamado Propensity Score Matching (PSM en adelante). Para ello se levantó una encuesta en la que se entrevistó a dos grupos representativos de hogares en el medio rural guerrerense: el primero de beneficiarios (tratamiento) y el segundo de no beneficiarios (control) con características similares, seleccionando aleatoriamente a hogares del padrón de Oportunidades en localidades que no contaron con el PESAG. La encuesta se basó en la formulación de preguntas sociodemográficas, sobre actividades productivas, fuentes de ingreso y, para los beneficiarios del Programa, sobre los detalles de los apoyos recibidos para el periodo de septiembre de 2007 a agosto de 2008.

Principales hallazgos

Los resultados de la evaluación sugieren que el enfoque de PESAG en aspectos productivos puede complementar de manera eficaz la asistencia social brindada por Oportunidades, especialmente para los hogares en pobreza extrema que difícilmente son atendidos por otros programas públicos de fomento productivo y acceso al crédito.  O sea que, nuestra conclusión general es que el Programa ha demostrado tener un progreso adecuado para alcanzar los objetivos planteados en su diseño.

En términos más específicos, concluimos que el énfasis del programa en su conjunto se encuentra en la agricultura, y que es ahí donde encontramos los efectos positivos más significativos.   También contamos con cierta evidencia de que el PESAG completo tiene efectos en el ingreso neto ganadero y fuerte evidencia de que sí los tiene sobre el ingreso neto surgido de las actividades de traspatio de los hogares beneficiados.  Los resultados sobre el efecto significativo de PESAG en los ingresos agrícolas y de traspatio indican que el Programa ha logrado cumplir con el objetivo fundamental de dar impulso los ingresos de los hogares beneficiados, al menos de los que provienen de estas dos actividades.

Otras metas básicas del PESAG han sido aumentar los ingresos no monetarios, por autoconsumo, y monetarios a partir de ventas agropecuarias y de bienes obtenidos en el traspatio.  Nuestros resultados muestran que estos objetivos se han cumplido ya que los impactos en el autoconsumo son positivos y significativos, y lo mismo  se aplica a las ventas agrícolas, ganaderas y de traspatio.

La extensa literatura sobre alimentación muestra que la vinculación entre el ingreso y la nutrición es compleja; por ejemplo, un aumento en el ingreso puede destinarse a mejorar la calidad de la alimentación familiar o para la ingesta de más calorías.  En cuanto al efecto de PESAG en la alimentación encontramos que el Programa aumentó el consumo total de calorías per cápita en los hogares tratados.  Entre las distintas clases de grupos de consumo calórico, hallamos que el impacto positivo más consistente del PESAG es el que corresponde a la alimentación proveniente del consumo de carne de aves, mientras que el efecto en el consumo de calorías de cereales y raíces, aunque positivo no es consistentemente significativo.

Resultado adicional es que PESAG ha tenido impactos significativos en el rendimiento del maíz y en la producción, el autoconsumo y la venta de huevo.

Asimismo, nuestra evaluación constata la importancia del acceso a servicios financieros para los hogares rurales muy pobres, destacando el resultado de que los impactos más significativos, positivos y consistentes están asociados con los componentes crediticios de PESAG.  A lo anterior hay que agregar los efectos positivos y significativos del componente de microfinanzas en el ingreso neto total de los hogares tratados, a los cuales se le suman los impactos positivos en el ingreso agropecuario.  Los hallazgos sugieren lo acertado del componente de microfinanzas del PESAG y, en general, que la provisión de acceso al crédito debería ser parte integral de los programas de apoyo para los hogares rurales pobres.

También encontramos que PESAG ha causado una disminución de los niveles de pobreza de los hogares beneficiarios (especialmente la alimentaria).

Conviene añadir que nuestros resultados sugieren que la pobreza persiste en los hogares rurales guerrerenses beneficiarios de Oportunidades, pero que un programa enfocado como PESAG puede contribuir de forma valiosa  y significativa a que la estrategia de Oportunidades sea más eficaz.

En síntesis, nuestros resultados muestran que a partir de un programa de corte productivo como PESAG sumado a Oportunidades,  es posible generar la capacidad local para influir de manera positiva y sustentable en el bienestar de los hogares rurales más pobres de México.

Las malas noticias

Tomadores relevantes de decisiones en materia de políticas públicas al campo mexicano conocen los resultados de la evaluación externa de PESAG acá resumidos. No obstante en 2010 se canceló uno de sus componentes: el de microfinanzas, cuyos efectos han sido notables al facilitar el acceso de los hogares rurales pobres de Guerrero a los servicios financieros y, en consecuencia al promover el crecimiento de sus actividades productivas e ingreso. Desconozco las razones de tal decisión, así como el futuro de PESAG una vez que tome posesión el nuevo gobernador del Estado.

Frente a los retos que México tiene para lograr un desarrollo rural que incluya a sus pobladores pobres con opciones productivas y de ingresos lícitos, sería una lástima no sólo que PESAG desapareciera, sino también que la experiencia exitosa del Programa fuera ignorado en el diseño y puesta en práctica  de programas similares en otras regiones marginadas del país.

Detalles de la evaluación en: http://www.coneval.gob.mx/contenido/entidades/6892.pdf

Antonio Yúnez-Naude es Director del Centro de Estudios Económicos de El Colegio de México

12
Nov
10

Diamond, Mortensen & Pissarides no recibirán un Premio Nobel en diciembre

El pasado 11 de octubre, la Academia Real de Ciencias Sueca (la Academia) anunció que decidieron otorgar el Premio Sveriges Riksbank en Ciencias Económicas en Memoria de Alfredo Nobel (el Premio) de 2010 a Peter Diamond, Dale Mortensen, y Christopher Pissarides por “sus análisis de mercados con búsquedas con fricciones”. Aunque este premio no es un Premio Nobel, normalmente se le denomina “Premio Nobel de Economía”, y está muy relacionado con los Premios Nobel. De hecho, Diamond, Mortensen, y Pissarides se unirán el próximo 10 de diciembre en Estocolmo a los Laureados Nobel de 2010 para recibir de manos del Rey Carl XVI Gustaf de Suecia la medalla, el diploma, y el documento que confirma el monto del premio. A continuación haremos una descripción de éste, el galardón más prestigioso de nuestra profesión.

Historia y proceso de selección

Como parte de sus celebraciones tricentenarias, en 1968 el Sveriges Riksbank (el banco central de Suecia) estableció el Premio que otorga la Academia siguiendo los mismos principios de los Premios Nobel que ha estado entregando desde 1901. Los procedimientos para seleccionar a los Laureados en Ciencias Económicas también son los mismos:

Septiembre – El Comité de Selección del Premio de Economía de la Academia envía las formas de las nominaciones. Se envían a casi 3,000 individuos—profesores universitarios alrededor del mundo, Laureados en Ciencias Económicas, y miembros de la Academia.

Febrero – Las formas completas deben regresar al Comité a más tardar el 31 de enero del siguiente año. Se examinan las nominaciones y se eligen los candidatos preliminares. Normalmente se proponen 250-350 nombres.

Marzo-mayo – El Comité envía los nombres de los candidatos preliminares a varios expertos para la evaluación de su trabajo.

Junio-septiembre – El Comité arma el reporte con las recomendaciones para enviarse a la Academia.

Octubre – A principios de octubre, la Academia elige a los Laureados a través de mayoría de voto, y anuncia sus nombres. La información sobre las nominaciones no se puede revelar sino hasta 50 años después.

Diciembre – Los Laureados reciben su premio el 10 de diciembre en Estocolmo.

Clasificación de los premios entregados

Hasta ahora, se han entregado 42 Premios en Ciencias Económicas todos los años desde 1969. 22 Premios se han dado a un solo individuo, 15 han sido compartidos por dos Laureados, y 5 han sido compartidos por tres galardonados, haciendo un total de 67 individuos premiados. Se ha propuesto la siguiente clasificación de estos 42 Premios:

Teoría de Equilibrio General. Las contribuciones en esta categoría han versado sobre las estructuras analíticas de los modelos económicos. Ejemplos de este tipo de premio son los de Paul Samuelson (1970), Kenneth Arrow y John Hicks (1972), y Gerard Debreu (1983).

Macroeconomía. La macroeconomía explica el comportamiento de la economía en su conjunto, y los premios de Milton Friedman (1976), Franco Modigliani (1985), y James Tobin (1981) fueron premios en esta categoría.

Microeconomía. Las contribuciones de los microeconomistas tienen que ver con las decisiones individuales de las familias y las empresas, y la asignación de recursos entre los diferentes sectores de la economía. Un ejemplo de esta categoría es el premio de George Stigler (1982).

Economía financiera. Aunque economía financiera se basa en técnicas tradicionales de microeconomía, con el paso del tiempo se ha convertido en un área por derecho propio. Harry Markowitz, Merton Millar y William Sharpe recibieron el premio en 1990.

Nuevos métodos de análisis económico. El primer Premio en Ciencias Económicas fue otorgado en 1969 a Ragnar Frisch y Jan Tinbergen por sus modelos econométricos.

Investigación interdisciplinaria. Se han otorgado varios Premios en Ciencias Económicas a economistas que han extendido el dominio del análisis económico a nuevas áreas, como el premio de James Buchanan (1986) por su trabajo en economía y ciencia política, o el de Gary Becker (1992) por su investigación en economía y sociología.

Selección de los Laureados

¿Qué criterios han guiado las premiaciones hasta la fecha? ¿Cuáles han sido las principales consideraciones en la elección de los Laureados? Es útil discutir estas preguntas en relación con otras tres preguntas: (i) en el contexto del Premio, ¿Qué es «economía»?; (ii) ¿Qué criterios deberían usarse para decidir si un candidato merece un premio, y en qué orden deberían elegirse los candidatos?; y (iii) ¿Cuándo y por qué deberían compartirse los premios?

El alcance de la economía. Se ha decidido dar una amplia interpretación al término “ciencias económicas”, para que los premios puedan llegar a académicos que hagan importantes contribuciones científicas en áreas vecinas, siempre y cuando estén relacionadas con temas económicos. Como consecuencia, el grado de “especificidad” de los premios en ciencias económicas ha variado significativamente, en contraste con los premios en ciencias naturales. Al respecto, vale la pena recordar que en su Conferencia del Premio, Clive Granger (2003) mencionó que durante su carrera recibió poco entrenamiento formal en economía: durante su primer año como estudiante de licenciatura en la Universidad de Nottingham estudió microeconomía y cuentas nacionales, y eso fue todo. El resto de su conocimiento lo obtuvo viviendo entre economistas durante casi cuarenta años: por ósmosis, participando en seminarios, discutiendo con economistas, y leyendo. Lo anterior lo llevó a reflexionar lo siguiente: “¿Esto dice algo sobre mí, o sobre el área de la economía? No soy el único ganador del Premio Nobel en economía con poco entrenamiento formal en economía. Me pregunto si la economía tiene menos material fundamental del que es necesario en campos como matemáticas, física, o química. La teoría económica parece tener conceptos y características comunes, muchos de los cuales son muy simples y no necesariamente realistas. Probablemente porque no está sujeta a muchos conceptos importantes y seguramente porque aborda una gran variedad de tópicos, teóricos y aplicados, economía es un semillero de ideas, conceptos, enfoques, y modelos nuevos. Como una ciencia de las decisiones, la economía tiene que ver con tomadores de decisiones, como consumidores, empleadores, inversionistas, y diseñadores de políticas. El punto de vista de que ‘el propósito de la economía es ayudar a los tomadores de decisiones a tomar mejores decisiones’ es útil porque proporciona una base para comparar y evaluar elementos específicos del análisis económico: sólo tenemos que preguntar ‘¿Este resultado será útil para un diseñador de políticas?”.

Criterios para los Premios. Se han entregado premios por una contribución específica, por dos o más contribuciones específicas, y por contribuciones de toda una vida. Las últimas han dominado. Al momento de decidir qué es una contribución “importante”, el Comité ha considerado la originalidad de la contribución, su importancia científica y práctica, y su impacto sobre el trabajo científico. También se ha considerado el impacto social, incluyendo el impacto sobre la política pública. La participación en el debate político, que suele reflejar fuertes compromisos ideológicos, ha sido ignorada. El trabajo del Comité ha sido facilitado significativamente por el juicio del tiempo. Debido a que el Premio data de apenas 1969, durante su primera década el Comité prácticamente se enfocó en una larga lista de espera de candidatos más bien obvios. Además, normalmente toma más tiempo en economía que en ciencias naturales darse cuenta de si una contribución nueva es sólida o simplemente una moda, por lo que es importante esperar a su análisis, crítica, y pruebas repetidas de su calidad y relevancia. La razón no es sólo que el comportamiento económico es complejo, sino que además cambia con el tiempo y el espacio. Aunque hay un grado inevitable de subjetividad y arbitrariedad en la elección, parece haber tres criterios dominantes: (a) galardonar de manera temprana sólo a contribuciones particularmente importantes; (b) adherirse a una visión plural de la investigación económica, cambiando de áreas de un año a otro; y (iii) procurar dar el Premio en orden cronológico de los descubrimientos. Es importante destacar que hasta ahora el Comité no ha dado mucho peso a indicadores cuantitativos como número de nominaciones o frecuencia de citas.

Premios compartidos. De acuerdo con las reglas de los Premios Nobel, el Premio se puede compartir entre un máximo de tres personas. Para recibir un premio compartido, tiene que haber un “denominador común” de los Laureados. Los premios compartidos en economía han sido resultado de un trabajo cooperativo, o de trabajos tan relacionados que compartir era importante para demostrar la conexión y ser “justos” con los creadores.

Numeralia

Obviamente, los Premios reflejan algunas características del análisis económico de los últimos cincuenta años:

  • Los premios claramente reflejan el rol dominante de EUA en la investigación económica durante este periodo. De los 67 Laureados, 47 han sido ciudadanos de EUA. Además, más del 70 por ciento de los Laureados trabajaba en universidades de EUA cuando recibieron los premios. Los únicos otros países que han recibido premios (en base a nacionalidad) son el Reino Unido (7 premios), Noruega (3 premios), Suecia y la Unión Soviética (2 premios cada uno), Francia, Alemania, India, Israel, Holanda y Chipre (uno cada uno). Las universidades donde más de un profesor ha recibido un premio son Chicago: 11 premios; Berkeley: 6; Princeton, 5; Harvard, Cambridge, Columbia, y MIT: 4; Stanford: 3; y Oslo, Yale, Universidad de Nueva York, Universidad George Mason, y Universidad de Minnesota: 2 premios.
  • Sobre el contenido de las contribuciones premiadas, ha sido notable el énfasis en métodos deductivos más que inductivos. La creciente importancia de la formalización matemática también es visible en los premios. Los premios también reflejan el importante papel de la macroeconomía a partir de la Segunda Guerra Mundial.
  • Se han entregado 42 Premios todos los años desde 1969. 22 Premios se han dado a un solo individuo, 15 han sido compartidos por dos Laureados, y 5 han sido compartidos por tres galardonados, haciendo un total de 67 individuos premiados.
  • Hasta ahora, el Laureado más joven en Ciencias Económicas es Kenneth Arrow, quien tenía 51 años cuando se le galardonó en 1972. En contraste, el Laureado más viejo es Leonid Hurwicz, quien tenía 90 años cuando fue galardonado en 2007. Mientras que hasta ahora el Laureado Nobel más joven en cualquier área es Lawrence Bragg, quien tenía 25 años cuando recibió el Premio Nobel de física en 1915, Hurwicz también es el Laureado más viejo a quien se le ha otorgado cualquier Premio Nobel.
  • Elinor Ostrom, a quien se le otorgó el Premio en 2009, ha sido la única mujer Laureada en Ciencias Económicas.
  • Nadie ha ganado más de un Premio en Ciencias Económicas, y no ha habido Premios póstumos en Ciencias Económicas.
  • La Medalla John Bates Clark Medal, otorgada por la Asociación Económica de EUA, es considerada el segundo galardón más prestigioso en economía. Hasta ahora, el 40% de los ganadores de la Medalla han ganado el Premio, después de una espera promedio de 22 años.

 

No hay Premio Nobel de economía… y tampoco de matemáticas

Nobel murió el 10 de diciembre de 1896, y en su testamento asignó financiamiento a un galardón anual para premiar a aquellos que durante los últimos años hubieran hecho un gran bien a la humanidad. Se debía dividir en cinco partes: física, química, fisiología o medicina, literatura, y la paz. Todos los premios, con excepción del tercero, estaban muy relacionados con los propios intereses de Nobel, que no incluían economía… ni matemáticas. Por la creciente importancia del formalismo matemático en el análisis económico, concluiremos este artículo abordando un mito viviente de las matemáticas que es un tema recurrente de conversación entre los matemáticos que piensan que es injusto que exista un premio en física pero no en matemáticas: ¿Por qué no hay Premio Nobel de matemáticas? Hay dos respuestas:

  1. Versión franco-americana: Mittag-Leffler tenía una relación con la esposa de  Nobel.
  2. Versión sueca: Mittag-Leffier era el principal matemático sueco cuando Nobel escribió su testamento. Nobel sabía que si había un premio en matemáticas, Mittag-Leffier podría usar su influencia en la Academia para ser el primer ganador.

 

Ambas versiones son invenciones académicas sin credibilidad. Por un lado, Nobel nunca se casó. Por otro lado, los vínculos de Nobel con el mundo académico de Suecia parecieron ser más bien limitados: Nobel fue educado en San Petersburgo en los 1840s, emigró de Suecia en 1865 (cuando Mittag-Leffier era un estudiante), y después de ese año rara vez visitó Suecia. Luego, es poco probable que Nobel y Mittag-Leffler hayan tenido serios enfrentamientos en el pequeño mundo intelectual de Suecia. Más bien, la verdadera respuesta parece ser que por la mente de Nobel simplemente nunca cruzó el pensamiento de un premio en matemáticas… y tampoco de economía.

 José Miguel Torres es Doctor en Economía por la Universidad de Harvard. Actualmente es profesor-investigador  en El Colegio de México.

22
Oct
10

Premio Nobel de Economía: Modelos de Búsqueda

Por Edwin van Gameren

Hace muchísimos años, como alumno del Doctorado en Economía en Amsterdam, mientras trabajaba con modelos del mercado laboral y en particular con aplicaciones econométricas de modelos de búsqueda de empleo, participé en discusiones sobre la posibilidad de que los modelos de búsqueda desarrollados por Diamond, Mortensen y Pissarides, pudieran calificar para el Premio Nobel. Ahora sabemos que la respuesta correcta es positiva: Peter Diamond, Dale Mortensen, y Christopher Pissarides comparten el Premio Nobel en Economía 2010. En mi opinión, con toda razón.

 

Los modelos tradicionales del mercado laboral siempre tienen problemas en explicar como puede suceder que al mismo tiempo haya desempleados buscando trabajo y empresas con puestos vacantes buscando trabajadores. ¿Por que el mecanismo de market clearing no funciona? ¿Por que pueden existir salarios diferentes para empleos o empleados idénticos?

 

La contribución más importante del modelo de Diamond-Mortensen-Pissarides es la atención explícita al proceso de búsqueda y las fricciones que existen en este proceso. Empresas y trabajadores están buscando pero por definición los contactos entre ellos son limitados. Nadie tiene información completa sobre la disponibilidad de vacantes y desempleados. Al modelar el proceso de búsqueda de un desempleado, o de alguien ya con trabajo buscando un mejor empleo, un ingrediente mayor es el número de contactos con empresas que genera la búsqueda. Tomando en cuenta la probabilidad de encontrar un (mejor) empleo, y el valor en caso de no encontrar trabajo, es posible determinar el esfuerzo óptimo de búsqueda. Una caracterización parecida existe para el proceso de búsqueda por parte de las empresas. Es importante señalar que las decisiones para crear empleos son endógenas y dependen, entre otras cosas, del nivel de desempleo y las ganancias esperadas del puesto. Los dos procesos resultan en encuentros de empleadores y de empresas, y generan un número de matches entre vacantes y buscadores, determinado por la matching function. La falta de información sobre la disponibilidad de vacantes y (des)empleados buscando empleo reduce el número de encuentros. Lo mismo sucede con mayores ‘outside options’; como por ejemplo el caso de un generoso seguro de desempleo, que reduce el valor de un empleo respecto al desempleo. La falta de información sobre la disponibilidad de vacantes también puede explicar por qué empleados idénticos reciben salarios diferentes. La evasión de un nuevo proceso de búsqueda también genera diferencias en los salarios para empleados idénticos: podría ser más interesante para una empresa elevar el salario de un trabajador que está a punto de salir y entonces evitar los costos de buscar un nuevo trabajador que quiera trabajar al salario inicial. Entonces, el modelo no sólo explica como empresas y trabajadores se encuentran, sino también a qué ‘precio’ se forman los matches. Los modelos también incluyen el proceso de la distribución del surplus de un match a través de un proceso de Nash bargaining.

 

Excelentes revisiones de la teoría se encuentran in el Handbook of Labor Economics (Mortensen, 1986; Mortensen y Pissarides, 1999), y artículos recientes sobre los modelos y sus aplicaciones empíricas son Rogerson, Shimer, y Wright (2005) o Eckstein y Van den Berg (2007).

 

Una aplicación muy importante de estos modelos se encuentra en el estudio de los efectos de las intervenciones de los gobiernos en el mercado laboral por medio de seguros de desempleo, políticas activas de empleo, y regulaciones como protección laboral o salarios mínimos. Todas estas intervenciones afectan los valores del empleo y las vacantes así como los potenciales beneficios de búsqueda para trabajadores y empresas. Los estudios de evaluación en general se focalizan en los efectos individuales, ignorando los efectos de equilibrio general. Se pueden aplicar los modelos de búsqueda también para analizar estos efectos. Un ejemplo de un estudio de los efectos de equilibrio general de políticas activas de empleo (programas de capacitación y empleos adicionales) aplicando el modelo de Diamond-Mortensen-Pissarides se encuentran en Jongen, Van Gameren, y Graafland (2003). Otro ejemplo aplicando el mismo tipo de modelos, es Albrecht, Navarro y Vroman (2009), que estudian los efectos de políticas activas en una economía con un sector informal.

 

Aplicaciones del modelo de Diamond-Mortensen-Pissarides no sólo son populares en el estudio del mercado laboral, sino también en modelos del mercado de viviendas, organización industrial, economía financiera, y en algo más fancy como el mercado para matrimonios (ve, por ejemplo, Gautier, Svarer, y Teulings, 2010).

 

Invito a todos los alumnos del cuatro semestre de la Maestría en Economía a asistir a mi curso para ver más sobre el modelo de Diamond-Mortensen-Pissarides.

 

 

REFERENCES

 

Albrecht, James, Lucas Navarro, Susan Vroman (2009). The Effects of Labor Market Policies in an Economy with an Informal Sector. The Economic Journal, 119, 1105-1129.

Eckstein, Zvi, Gerard J. van den Berg (2007). Empirical labor search: A survey. Journal of Econometrics, 136, 531–564.

Gautier, Pieter, Michael Svarer, Coen Teulings (2010). Marriage and the City: Search Frictions and Sorting of Singles. Journal of Urban Economics, 67, 206-218.

Jongen, Egbert, Edwin van Gameren, Johan Graafland (2003). Exploring the macroeconomic impact of subsidized employment. De Economist, 151, 81-118.

Mortensen, Dale (1986). Job search and labor market analysis. En: O. Ashenfelter, R. Layard (eds.), Handbook of Labor Economics, Vol. 2, Cap. 14, p. 849-919. Amsterdam: North-Holland.

Mortensen, Dale, Christopher Pissarides (1999). New developments in models of search in the labor market. En: O. Ashenfelter, D. Card (eds.), Handbook of Labor Economics, Vol. 3B, Cap. 39, p. 2567-2627. Amsterdam: North-Holland.

Rogerson, Richard, Robert Shimer, Randall Wright (2005). Search-Theoretic Models of the Labor Market: A Survey. Journal of Economic Literature, 63, 959-988.

Edwin van Gameren es Doctor en Economía por la Vrije Universiteit Amsterdam (Holanda). Actualmente labora como profesor – investigador en El Colegio de México.

06
Oct
10

Inicia el Empirical Micro Lunch

David Mendoza

El Empirical Micro Lunch ha sido creado como un espacio de retroalimentación en el que profesores del CEE e invitados  presentan tanto avances como trabajos concluidos de las investigaciones que llevan a cabo.

Este lunes ha iniciado el Empirical Micro Lunch de este semestre y que mejor que, en palabras del Dr. Carlos Chapa, con alguien de casa: el Dr. Raymundo Campos, profesor investigador del CEE.

El Dr. Campos nos presentó los avances de su trabajo «The Trade-Offs in the Labor Market of Social Assistance Programs: The Case of the “Seguro Popular” Program in Mexico.»

¿Cuál es la relación entre la oferta laboral en el mercado formal y la implementación del Seguro Popular? Esta es la pregunta principal que motiva el trabajo del Dr. Campos.

Para dar luz a esta pregunta, se hizo una comparación de tendencias antes de la implementación del programa y después de la misma, para ver si estas se mantenían a través del tiempo, o de otro modo, para analizar si la introducción del Seguro Popular ha cambiado el empleo formal en los municipios en que se ha implementado. Para dicho análisis se utilizaron datos en panel y se llevó a cabo una estimación con efectos fijos, mediante la metodología de diferencias en diferencias.

Dentro de los resultados preeliminares se concluye que la implementación del programa tiene una relación negativa en el empleo formal, dentro de los municipios en que se instauró.

Esto es algo de lo que pudimos ver el lunes pasado en la primera sesión de esta nueva temporada del Micro Lunch. Una costumbre que ojalá se haga tradición en el CEE.

David Mendoza Tinoco es alumno de la Maestría en Economía del Colegio de México.

01
Oct
10

Cambios en el bienestar económico en México

Por Antonio Yunez Naude

A diferencia de lo esperado a partir de las reformas económicas iniciadas a mediados de la década de los años 1980, el bienestar de los mexicanos no aumentó notablemente de 1990 a  2005. Esta es una de las conclusiones de un estudio empírico sobre los cambios en el consumo, la pobreza y la desigualdad en los municipios de México que está por publicar la revista Estudios Económicos (Yúnez Naude, A. J. Arellano González y J. Méndez Navarro “Cambios en el bienestar de 1990 a 2005: un estudio espacial para México”).

En específico, los resultados obtenidos indican los siguientes cambios estadísticamente significativos en el bienestar de los mexicanos durante el periodo: 1) sólo un 2.6% de la población del país residía en municipios que experimentaron mejora en los tres indicadores de bienestar; 2) alrededor de un 15% de ella lo hacía en municipios que tuvieron crecimiento en sus niveles de consumo y una reducción en la pobreza; 3) solo un 0.3% de la población habitó en municipios donde aumentó el consumo y disminuyó la desigualdad; 4) un 5.5% de la población experimentó disminución en pobreza y desigualdad; 5) el 29.8% de los mexicanos residió en municipios donde mejoró sólo uno de los tres indicadores de bienestar; y 6) el restante 45.7% no experimentó ninguna mejoría.

Lo anterior sugiere un mal desempeño en el desarrollo económico de México. Sin embargo, los resultados de nuestro estudio también indican que en 45% de los municipios del país la pobreza alimentaria disminuyó, en cerca del 40% el consumo aumentó y en poco menos del 20% la desigualdad decreció. Esto puede haberse debido a los efectos positivos de los programas gubernamentales de combate a la pobreza iniciados en los primeros años de los 1990. No obstante, casi la mitad de la población de México vive en municipios que de 1990 a 2005 en donde  no se dio aumento alguno en sus niveles de bienestar.

Asimismo, en México subsisten grandes diferencias en los niveles de bienestar y en las dinámicas correspondientes entre sus regiones geográficas. Por ejemplo, tanto en 1990 como en 2005 y según las estimaciones hechas, los niveles más bajos de consumo per cápita y pobreza alimentaría tienden a estar concentrados en la parte sur del país así como en zonas montañosas, de difícil acceso y en donde la mayoría de la población es indígena.

Tal dinámica contrasta con la experimentada en otros países de América Latina como Chile, Ecuador, Nicaragua, Perú y en menor medida Colombia. Resultados de investigaciones para estos países usando la misma metodología que la de nuestro estudio para México indican lo que sigue. De  1993 a 2005 más del 60% de los peruanos experimentaron reducciones en pobreza y desigualdad y aumentos en su gasto, mientras que en la década de los años 1990 este fue el caso del 18.7% de la población chilena y de sólo el 2.6% para la mexicana (Escobal y Ponce, 2008, Mondrego, et. al, 2008, en www.rimisp.org/dtr).  El desempeño de México fue inferior aún respecto al de Ecuador y Nicaragua. Por ejemplo, en el caso del primer país, de 1995 a 2006 el 15% de sus habitantes no experimentaron mejoras en ninguno de sus tres indicadores, mientras que esto sucedió con el 22.6% de los nicaragüenses de 1998 a 2005 (para México la participación fue de más del 45%, Larrea, C., 2008; Gómez, et. al. 2008 en sitio en la red citado). La experiencia más cercana a México es la de Colombia. Aunque el porcentaje de la población del segundo país que experimentó mejoras en el consumo y disminución en pobreza y desigualdad de 1993 a 2005 es aún más baja respecto a México (0.03% frente al 2.6%),  la proporción de colombianos sin mejora en ninguno de los tres indicadores de bienestar fue menor en casi 10 puntos respecto a la de México: del 35% frente al 45%  respectivamente (Hernández, et. al., 2008, www.rimisp.org/dtr).

Los resultados obtenidos para México son reflejo de un periodo accidentado y poco dinámico de su economía, durante el cual el país sufrió una aguda crisis macroeconómica que afectó severamente los niveles de bienestar de los mexicanos en el transcurso de la segunda mitad de la década de los 1990. Los hallazgos de la presente investigación también sugieren que la reorientación del papel de estado mexicano en la economía no ha sido fructífera en materia de crecimiento y bienestar económico. En la actualidad y a raíz de los agudos efectos que ha provocando en México la crisis financiera de los EE.UU. e internacional, se han magnificado los retos que enfrenta el país para que mejore significativamente el bienestar de sus habitantes.

Antonio Yúnez Naude es el Director del Centro de Estudios Económicos del Colegio de México

29
Sep
10

Historia Económica General de México.

Los invitamos a la presentación del libro «Historia Económica General de México» coordinado por la Dra. Sandra Kuntz Ficker.

22
Sep
10

Sobre el estudio de la movilidad social y la nueva evidencia para México

Por Irvin Rojas

Cuando decimos que un objeto se mueve es porque podemos definir un espacio geométrico y un grupo de cuerpos de referencia para describir el movimiento de los demás cuerpos con respecto a estos cuerpos de referencia en el espacio. De la misma manera, se entiende por movilidad social al cambio relativo de los individuos en la jerarquía social. Los sociólogos definen la jerarquía social con respecto a la pertenencia de los individuos a una clase ocupacional o a una clase política. Los economistas, en cambio, utilizan el nivel de ingresos para definir la jerarquía social. Estas dimensiones definen la estratificación social. Aunque estas tres dimensiones sociales se traslapan y muchas veces son redundantes, no es raro que los hombres más ricos no ocupen las posiciones más altas de la jerarquía política, como hace notar el sociólogo ruso Pitirim Sorokin, uno de los precursores del estudio de la movilidad social.

Los primeros estudios de movilidad social analizan el proceso con un enfoque sociológico y de economía política, empleando como herramienta fundamental la matriz de transición de clases ocupacionales. Una matriz de transición es una matriz de cuadrada de dimensión n en la que el j-ésimo elemento de la i-ésima columna denota la proporción de padres de la j-ésima clase social cuyos hijos se movieron a la i-ésima clase social. Es decir, la matriz representa las probabilidades de transición de una clase social a otra, en una generación.  Se interpretaban estos movimientos como respuestas al sentido de pertenencia de clase de ciertos grupos (por ejemplo, William Sewell en “Social Mobility in a Nineteenth-Century European City” atribuye la baja movilidad de los obreros en la Marsella del siglo XIX a su conciencia de clase y su desprecio por los trabajos burgueses), por las aspiraciones de la pequeña burguesía que simpatizaban con el individualismo y la propiedad privada, o a un proceso de “cortar las raíces”, acentuado en los migrantes y los hijos de los campesinos, quienes al liberarse de sus lazos familiares, respondían más a los incentivos para abandonar la ocupación de sus padres. La Figura 1 muestra una típica matriz de transición, para el caso de Inglaterra (1949).

Más recientemente, los estudios de movilidad social interpretan los movimientos en la matriz de transición como respuesta a elementos de mercado, esencialmente, como respuesta a diferencias en la escolaridad alcanzada por los hijos.

En el caso de México, Fernando Cortés y Agustín Escobar, por ejemplo, estudian la movilidad social para una muestra urbana con una matriz de transición modificada que evalúa la probabilidad de que un individuo alcance el estrato social más alto, condicional al estrato social de pertenencia del padre. En su artículo “Movilidad social intergeneracional en el México Urbano”, estos autores concluyen que a partir de 1988 se presenta un descenso en las oportunidades de todos los estratos sociales para ascender a la clase social más alta, lo cual se atribuye al cambio “en el modelo de acumulación”. Además, este estrechamiento de las oportunidades fue mayor para las clases sociales más bajas, lo cual, de acuerdo a los autores, es un indicador “de creciente desigualdad y de un aumento de la barrera que separa los logros de las clases superiores e intermedias respecto a los obreros, empleados de bajo nivel de los servicios y de los agricultores en general”.

Los economistas han seguido una estrategia alternativa para analizar la movilidad social. Gary Becker y Niegel Tomes, en su influyente artículo “An Equilibrium Theory of the Distribution of Income and Intergenerational Mobility”, formalizan la transmisión intergeneracional del ingreso de padres a hijos empleando un modelo en el que los padres maximizan su utilidad, que depende de su nivel de consumo y del ingreso de su descendencia. Un resultado de esta teoría es la conocida regresión de Galton – Becker – Solon, que define el ingreso de cada hijo en función del ingreso del padre:

yH = α + βyP + uH

Con este resultado, los primeros estudios de transmisión intergeneracional estiman la elasticidad intergeneracional del ingreso, conocida en la literatura como “beta intergeneracional”, con una regresión por mínimos cuadrados en la que una medida logarítmica del ingreso de los hijos se explica por una medida logarítmica del ingreso de los padres y un término de error, controlando por la edad tanto de los padres como de los hijos, empleando datos en forma de panel. La metodología para la estimación con datos en panel es revisada por Gary Solon, quien en su artículo “Intergenerational Income Mobility in the United States” expone los problemas presentes en los primeros estudios y propone el método hoy popular en la literatura.

En muchos países la carencia de datos en forma de panel supone un obstáculo para la estimación de la elasticidad intergeneracional. Para salvar esta dificultad, Björklund y Jäntti en su influyente artículo “Intergenerational income mobility in Sweden compared to the United States” proponen usar dos muestras de sección cruzada, una para padres y otra para hijos, empleando mínimos cuadrados en dos etapas en dos muestras. La idea es construir un “padre sintético” para cada individuo de la muestra de hijos, empleando los coeficientes de regresión de una primera etapa en la que se explica el ingreso del padre por medio de su nivel educativo y su ocupación.

En mi trabajo “Transmisión Intergeneracional del Ingreso en México” empleo el mismo método para estimar la elasticidad intergeneracional en México usando los datos de la Encuesta de Movilidad Social 2006 del Centro de Estudios Espinosa Yglesias y la Encuesta de Ingreso y Gasto de los Hogares 1992 del INEGI. Los resultados arrojan una estimación de la beta intergeneracional de 0.31. La Figura 2 muestra los resultados obtenidos para distintos países empleando una metodología similar. Los resultados implican un mayor grado de movilidad social en México que en todos los países en desarrollo con estudios comparables.

Los resultados parecen sorprendentes si consideramos que México sigue siendo uno de los países con mayor desigualdad del ingreso en América Latina (ver el “Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2010”). Es probable que la cobertura educativa gratuita esté actuando a favor de los individuos menos habilidosos, abriéndoles mayores oportunidades de romper los lazos familiares. Esto se establece en el trabajo al rechazar la presencia de restricciones de crédito en la muestra disponible. (Se dice que un agente enfrenta una restricción de crédito si el monto de inversión óptima, aquel con el que maximiza su utilidad o beneficio, es tal que no puede afrontarlo con sus recursos disponibles y tampoco tiene la posibilidad de endeudarse).

La movilidad social es un tema en el que falta mucho por investigar. La disponibilidad de encuestas en forma de panel y con información sobre muchas otras características de los individuos a lo largo de varias generaciones representa una oportunidad para analizar la movilidad social de una manera cada vez más completa. Por ejemplo, la transmisión del coeficiente intelectual (IQ) y la habilidad, de la salud, de las actitudes y el comportamiento social, del consumo y de la riqueza, entre otros. Entender los mecanismos detrás de la transmisión intergeneracional es el siguiente paso para proponer mejores políticas públicas, encaminadas a promover la igualdad de oportunidades.

Fuente: “Measuring Social Mobility”, de Sigbert Jon Prais (1955)

Fuente: Elaboración propia con los datos de la Tabla 2 en “Intergenerational Income Mobility in a Less Developed, High-Inequality Context: The Case of Chile”, de Nunez y Miranda (2010), y los resultados para México citados en el texto.

Rubén Irvin Rojas Valdés es candidato a Maestro en Economía por El Colegio de México.

08
Sep
10

«Experimantalistas» vs «estructuralistas».

En preparación de mis clases de Maestría este semestre, he leído con gusto varios artículos sobre el debate entre “Experimentalistas” vs “Estructuralistas”. Les llamo así simplemente para identificarlos, y no con un tinte despectivo y mucho menos. De hecho, algunos nombres que mencionaré podrían estar de acuerdo en estar en ambos lados. El último número del Journal of Economic Perspectives incluye una interesante discusión sobre estos dos grupos (el paper de Angrist y Pischke (2010) puede ser visto aquí por ejemplo). Noam Scheiber en la revista The New Republic tiene un buen resumen sobre dos diferentes visiones de la economía. También el último número del Journal of Economic Literature contiene una interesante discusión entre Guido Imbens y Angus Deaton, y en formato electrónico aquí o acá. En esta entrada de blog, daré un muy breve resumen de los artículos y una opinión al respecto.

Los “experimentalistas” (Josh Angrist, Pischke, Esther Duflo, Banerjee) argumentan que debemos preocuparnos por el efecto causal de una variable sobre otra, no en correlaciones. Por ejemplo, si queremos conocer el efecto de la educación sobre los salarios, o el efecto de un programa de gobierno en salarios o pobreza, lo mejor que podemos hacer es un experimento aleatorio, y en su defecto una estrategia de identificación adecuada para obtener el efecto causal deseado. De esta forma, se minimizan los sesgos posibles y podemos tener lo que se conoce como “validez interna” (efecto causal) en la estimación. Este grupo de economistas argumentan que es más importante preocuparse por la validez interna que por otra cosa. Entonces esto ha llevado a que la investigación económica se limite a un contexto donde sea posible conseguir validez interna.

De esta forma Angrist y Pischke (2010) critican el estado de la Macroeconomía y Organización Industrial. Porque estas áreas no han evolucionado en buscar métodos más rigurosos para buscar validez interna. En cambio, esas áreas se han enfocado en modelos estructurales, calibración y simulación. Edward Leamer en la serie mencionada arriba del Journal of Economic Perspectives dice que Macroeconomía no puede tener tantos “experimentos” como los que Angrist y Pishcke desean. Su visión es más humilde, menciona que en macroeconomía “We seek patterns and tell stories.”

Por otro lado, Noam Scheiber describe adecuadamente el sentimiento de estudiantes de Doctorado al pensar en temas posibles de tesis y el sentimiento en general de varios economistas. Dados los estándares de publicación, los temas están sujetos a sobre si es posible conseguir validez interna. Esto lleva a que se realicen investigaciones posiblemente sin valor para la ciencia, como dice Raj Chetty en el artículo de Scheiber: “They’re not thinking: ‘What important question should I answer?’ So you get weird papers, like sanitation facilities in Native American reservations.”

Las críticas más duras del grupo de “estructuralistas” al grupo de “experimentalistas” es que no contestan preguntas importantes y que los experimentos sufren de validez externa. En primer lugar, se menciona que los experimentos son en pequeña escala o les falta un marco teórico adecuado, lo cual nos dice poco sobre la conducta de los agentes económicos. Es decir, un efecto económico nos dice poco si no conocemos la función estructural deseada. En segundo lugar, se critica que los experimentos o bien la estrategia de identificación nos da una respuesta sobre un grupo limitado de agentes económicos que no nos sirve para extrapolar los resultados a otras situaciones o contextos.

Ahora mi opinión. Creo que como ciencia económica debemos de aspirar a tener resultados confiables. Por tanto, creo que la validez interna es lo más importante dentro de un estudio económico. De esta forma la crítica sobre validez externa me parece un poco excesiva. Claro que un experimento aleatorio o una estrategia de identificación focalizada no nos brindan una respuesta general para todos los problemas, pero sí brindan una solución a una parte del rompecabezas. Con más investigaciones sólidas es posible formar un consenso sobre la relación económica de interés.

Michael Keane (2010) en su ensayo en el Journal of Economic Perspectives tiene una crítica dura hacia la falta de validez externa. El menciona que los resultados de los “experimentalistas” están sujetos al problema del “so what?”. Es decir, ahora qué hacemos con el efecto encontrado si no conocemos la función estructural. La crítica aplica de la misma forma a modelos estructurales. Creo que un efecto consistentemente estimado es mucho mejor que un efecto derivado de un modelo estructural. En el modelo estructural tenemos que asumir precisamente la función estructural, parámetros, etc. Por lo tanto, en mi opinión, este tipo de modelos están sujetos a la misma crítica.

No veo una conciliación próxima en ambos grupos en el futuro cercano. Al contrario, siento que estas diferencias quedarán marcadas probablemente tanto como la división entre universidades “Fresh water” y “Salt water”. Esperemos que en los siguientes debates haya un piso más común, sin tantas diferencias.

Raymundo Campos Vázquez es Doctor en Economía por la Universidad de California – Berkeley, actualmente labora como profesor – investigador en El Colegio de México.

13
Ago
10

El análisis del capital social en la construcción de la política social

Extendemos la invitación del Centro de Estudios Económicos  para la mesa de Debate a realizarse el próximo lunes 16 de Agosto.




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